temordedios

El temor del Señor es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia…” (Proverbios 9:10). Cuando la Biblia habla del temor de Dios, no se refiere a que la criatura debe tener ante el Creador un sentimiento de miedo o pavor; sino que se trata del sentimiento de profundo respeto y reverencia en amor, pues Dios es nuestro Padre. Y, ¿qué padre desea que sus hijos le tengan miedo o pavor, sino solamente amor y respeto?

Es necesario que el cristiano tenga temor en su corazón para con Dios para que huya del pecado; porque el temor del Señor crea en el corazón de los siervos un verdadero sentimiento de repulsión hacia el pecado, ya que Dios lo odia y abomina. Pues está escrito:

“El temor del Señor es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.”

Es natural que el hombre de Dios cargue ese sentimiento consigo durante toda la vida; ya que:

“El temor del Señor es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.” (Proverbios 14:27)

El hombre de Dios nunca debe dejarse llevar por las emociones, por lo que siente o deja de sentir. Él anda por la fe; en la más absoluta certeza de que Dios cumplirá aquello que prometió cumplir. Esto no significa que el hombre de Dios tiene que ser insensible o no sentir cualquier emoción, ¡de ninguna manera!; pero lo que se pretende enseñar es que las emociones o los cinco sentidos no tienen nada que ver con la fe. De la misma manera que no tiene nada que ver la visión con la audición; así tampoco la fe no tiene nada que ver con la manifestación de los cinco sentidos.

Es extremadamente importante para el hombre de Dios ser consciente de este hecho, pues el diablo ha sido muy habilidoso, un verdadero artista; manipulador de las emociones humanas.

 

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