Aquí va una palabra que necesita formar parte de usted. El origen de la palabra “asertivo” es del latín “assertus” o“asserere”, que significa “afirmar, mantener, clamar derechos sobre algo; abrazar un punto de vista con firmeza”. Ser una persona asertiva significa saber decir “sí” o “no” cuando es necesario. Es el equilibrio entre la pasividad y la agresividad.
La persona que no es asertiva termina inclinándose hacia uno de los dos extremos. O es pasiva o es agresiva.
En el extremo de la pasividad, la persona cree así:
- Otros son más importantes, más inteligentes o mejores que yo
- A las personas no les gusto porque no tengo muchas cualidades
- Mi opinión no tiene valor y nunca seré valorada
- Tengo que ser perfecto en todo lo que hago, caso contrario, soy un fracaso total
- Es mejor que me quede en la mía y que no diga nada en vez de decir lo que pienso
En el extremo de la agresividad, la persona cree así:
- Soy más inteligente y más poderoso que los demás
- No se puede confiar en nadie, todas las personas son irresponsables
- Este es un mundo perro; tengo que sacar ventaja antes de que me la saquen a mí
- La única manera de conseguir las cosas es dando órdenes. Pedir es señal de debilidad
- Quien no juega duro por lo que quiere solo tiene lo que merece
En el equilibrio de lo asertivo, la persona cree así:
- Soy igual a los demás, con los mismos derechos básicos de todo el mundo
- Soy libre para pensar, para expresarme, para elegir y tomar decisiones por mí mismo
- Tengo el derecho de intentar, cometer errores, aprender y mejorar
- Soy responsable por mis propias actitudes y por mis reacciones a otras personas
- No necesito permiso para tomar actitudes que no le falten el respeto a nadie
- No es el fin del mundo no estar de acuerdo con los demás. El acuerdo no siempre es necesario o posible
- Tengo el derecho de decir “no” o “sí” cuando sea necesario
Ser asertivo es tener confianza en sí mismo y consciencia del valor propio, con equilibrio y responsabilidad. Y eso es una cualidad rara en las personas. Es rara porque deriva de creencias saludables, equilibradas y justas.
Y ahí, una vez más, usted ve el papel de la fe inteligente – la creencia en los principios de Dios. La fe inteligente produce ser asertivo. Por otro lado, la religión produce uno de los dos extremos – basta mirar alrededor y verlo.
Fuente: renatocardoso.com