«Es alarmante el sistemático uso de la violencia sexual en el conflicto en Siria, contra mujeres, hombres, niños y niñas, y es generalizado”, denunció Zainab Bangura, representante especial de las Naciones Unidas para el tema de violencia sexual en conflictos.
Tras una reunión con el Consejo de Seguridad, Bangura explicó a la prensa que ha sido imposible precisar la cifra de las víctimas, pero que han logrado ubicar la escala del problema y que ésta es alarmante.
Bangura explicó que la violencia contra hombres y niños se emplea principalmente en los centros de detención del gobierno sirio como «una táctica” para extraer información a los prisioneros, de acuerdo con testimonios de sobrevivientes entrevistados por la ONU.
«Discutimos también la información que tenemos de muchas personas desplazadas. Dijeron que huyeron porque tenían información de que la violencia sexual podría ser cometida en su contra, así que sabemos que eso detona el desplazamiento de personas”, declaró Bangura.
A casi dos años de haber estallado el conflicto en Siria -con una población poco mayor a los 20 millones de habitantes-, la ONU ha reportado que existen cuatro millones de desplazados internos, además de casi un millón de personas que han buscado refugio en otros países.
Según la jefa de derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, ya murieron 70 mil sirios en manos de la brutal represión del régimen. De hecho, sólo en el último mes, se registraron 10 mil víctimas.
Las protestas en Siria comenzaron a mediados de marzo de 2011 como efecto contagio de lo que sucedía en Túnez, Egipto, Libia y Yemen. Se intensificaron con el correr de los días, creció el número de movilizaciones casi proporcionalmente con la brutal represión del Gobierno.
Siria es clave en Medio Oriente. Se trata, en su mayoría, de un país sunita (75%), pero los Assad, en el Gobierno desde principios de los 60, pertenecen a la secta alawí, una rama de los chiítas. Esto forjó una relación con Teherán tras la Revolución Islámica de 1979.
Es uno de los actores principales en Medio Oriente. Funciona como un termómetro. Henry Kissinger, el secretario de Estado de Nixon, dijo hace más de 30 años que en la región no se podía hacer la guerra sin Egipto, ni la paz sin Siria. Funciona como un regulador de la violencia regional.
Bashar Al Assad es el presidente de Siria desde 2000. Reemplazó a su padre después de haber sido designado candidato único por el Partido Árabe Socialista Baaz, que es partido único en el país. Su padre, Hafez Al Assad, había tomado el poder por medio de un golpe de Estado en 1971, después de participar en gobiernos militares desde 1963.
Fuente: http://america.infobae.com