La vida de la joven Paola Díaz, se vio afectada por los problemas espirituales, pues desde pequeña no podía dormir, sentía que la ahorcaban, veía sombras y escuchaba ruidos extraños. Su mamá visitó la santería y la palería, pero nada de esto trajo un cambio a su vida, sino por el contrario, la situación continuo empeorando y los problemas eran cada vez más fuertes.
“Me sentía una niña atormentada, no me gustaba estar sola y mucho menos que llegará la noche pues era en ese momento que sentía miedo, a causa de las sombras que veía y ruidos extraños que escuchaba.
Gracias a Dios llegué a la Universal junto a mi abuela, quien decidió llevarme por lo males que presentaba, de esta forma fui aprendiendo sobre la fe y como colocarla en practica, poco a poco a través de la perseverancia logré ser libre de todo mal, ya nada me atormenta, soy libre y ahora tengo paz, pues el Señor Jesús obró en mi ser. Ahora puedo vivir sin ningún temor, porque en Dios tengo una nueva vida.”