La sra. Sebastiana Veramende tenía una vida envuelta en la miseria. Ella nos comenta: “Constantemente era humillada por mis vecinos, quienes me lanzaban basura dentro de la casa. Sumado a esto mi esposo me abandonó y tenía un hijo enfermo el cual tenía que mantener y por esa razón comencé hacer cosas del hogar para otras familias. Me sentía mal, triste y avergonzada porque no quería ver a mis hijos creciendo en esa situación. Vivíamos en una casa de lata, con el piso de tierra. Recuerdo que con lo poco que conseguía lograba comprar algunos medicamentos y algo para comer pero pasabamos mucha necesidad.
Un día escuché por la radio la programación de la Iglesia Universal y decidí participar en el Progreso Económico. Perseverando vi como las puertas se fueron abriendo, logré un empleo, mi hijo fue sanado, mi matrimonio restaurado. Logré conquistar siete apartamentos. Ya no paso necesidades ni humillaciones de nadie porque Dios cambio mi vida por completo, gracias a Dios.
